LA FIGURA DE BUERO VALLEJO EN EL
TEATRO ESPAÑOL DE POSGUERRA.
LA RENOVACIÓN DEL TEATRO EN EL
LLAMADO TEATRO INDEPENDIENTE
Introducción
Al
término de la Guerra Civil) se instaura en España un régimen
político dictatorial que impone una férrea censura sobre toda la
producción literaria, pero especialmente sobre el teatro, puesto
que no sólo se revisan los textos, sino también la puesta en
escena, con el fin de evitar que en la representación se filtre
cualquier tipo de crítica al régimen franquista. Asimismo,
los grandes maestros del teatro de preguerra han muerto
(García Lorca, Valle Inclán) o se han tenido que exiliar (El premio
Nobel Jacinto Benavente, Max Aub, Rafael Alberti, Alejandro Casona).
Así, las obras que se estrenan son aquellas que exaltan los valores
de los vencedores, o bien obras del teatro clásico español donde
aparecen recogidos estos valores. Es un teatro de evasión, pues, que
no alude a las trágicas consecuencias de la guerra
El teatro burgués y cómico de la década de los cuarenta
En
los años cuarenta y principios de los cincuenta, antes de la
irrupción del teatro social, conviven las siguientes tendencias
teatrales:
Teatro
burgués, cultivado
por Jacinto Benavente (1866-1954) y sus continuadores. Este teatro se
llama también "comedia burguesa", "alta comedia",
"comedia de salón", presenta por lo general enredos
amorosos protagonizados por la burguesía con final feliz, con dosis
de intriga y de humor, todo ello con una técnica teatral
convencional. Destacan autores como: José María PEMÁN, Juan
Ignacio LUCA DE TENA, Joaquín CALVO SOTELO, José LÓPEZ RUBIO,
Edgar NEVILLE,
Víctor RUIZ IRIARTE ,
etc
Teatro
cómico,
caracterizado por el ingenio de los argumentos, a veces
inverosímiles, y un humor que raya a veces lo absurdo. Destacan
Enrique JARDIEL PONCELA (Cuatro
corazones con freno
y marcha
atrás, 1936; Eloísa
está debajo de un
almendro, 1940), y
Miguel MIHURA (Tres
sombreros de copa,
1952)
El
teatro realista y social de los años cincuenta . Buero y Sastre.
En 1949 se estrena
Historia de una
escalera, de Antonio
Buero Vallejo. Aunque la obra presenta una temática de tipo
existencial, el éxito de la obra le anima a escribir un teatro de
tipo social en la década de los 50, más crítico y comprometido con
los problemas del país.
Las
obras de esta década abordan la miseria y las injusticias sociales
que padecen las gentes humildes, las escenas son costumbristas y el
lenguaje es coloquial, como el de estas clases sociales. Pero este
teatro, llamado “soterrado”, muchas veces no llegó a los
escenarios, o se representó en las décadas siguientes, cuando la
censura era más flexible y permitía
algunos enfoques críticos. La consolidación del realismo social es,
por tanto, más tardía en este género que en la lírica o la
novela, y se prolonga en los años 60. Junto
con Buero Vallejo, destacan otros autores como Alfonso
Sastre (Escuadra
hacia la muerte,
pieza antibelicista,
La mordaza, LA taberna
fantástica), José
María RODRÍGUEZ MÉNDEZ, Carlos MUÑlZ,
Lauro OLMO y José
MARTÍN RECUERDA
El
teatro desde los años sesenta hasta nuestros días
En
la década de los 60 aparecen nuevos autores que continúan
escribiendo teatro social,, pero que renuevan el lenguaje y las
técnicas teatrales, sumándose a las novedades teatrales europeas.
Sin embargo, sus innovaciones no fueron comprendidas por el público,
por lo que tuvieron aún más dificultades para representar. Entre
los autores destacan Fernando
Arrabal (El cementerio
de automóviles, Pic-nic).
Y Francisco Nieva
Tras
la muerte de Franco, el panorama teatral español va a verse dominado
por el reestreno de obras prohibidas durante el franquismo, como las
de Lorca, Valle o autores extranjeros, quedando los jóvenes autores
españoles en un segundo plano.
Durante
los 80 se da un cierto resurgimiento del teatro en el que se tratan
temas de actualidad como las drogas (José Luis Alonso de Santos, La
estanquera de Vallecas, Bajarse al moro).Destacan
también Sanchís Sinisterra (¡Ay,
Carmela!), o
Antonio Gala.
Sin
embargo, este teatro acabará por sucumbir a las exigencias del
teatro comercial y la creatividad se verá reducida al ámbito de las
compañías independientes, de
origen universitario,
como las surgidas en Cataluña: Els Joglars, El Comediants o La Fura
dels Baus. Estos grupos se caracterizan por:
-
Las obras se representan en lugares alternativos a los tradicionales,
sustituyendo el teatro clásico por lugares como calles, plazas,
garajes, naves industriales...
-Se abandona el teatro a la italiana -y se traslada el escenario al
patio de butacas y se busca la participación del espectador.
- La mayoría de los
grupos intentaron acercarse, con su teatro a la vez lúdico y
comprometido, sobre todo al público más joven e inquieto.
-
Las obras son de autoría
colectiva, es decir, no tienen un autor individual, pues todo el
grupo elabora el texto y la representación.
- Escasa importancia del texto, pues se atiende a otros aspectos como
la danza, la música, la escenografía, los efectos audiovisuales,
introducción de las nuevas tecnologías, ...
- Es un teatro crítico, no sólo con lo político y lo social.
Y transgresor, provocador, en contra de la moral tradicional
-
El
deseo de llegar a públicos más amplios y de conseguir la
participación de los espectadores, los llevó también a apropiarse
de técnicas propias de la farsa, la pantomima, el teatro de títeres,
el circo o el cabaret, el mimo, la pantomima...
La
mayor parte de estos grupos están establecidos en Cataluña:
Dagoll-Dagom, Tricicle, La Cubana, La Fura dels Baus, etc. Otros
grupos destacados son: en Madrid: TEM (Teatro Estudio de Madrid), Los
Goliardos, Tábano, TEI (Teatro Experimental Independiente); en
Galicia: Teatro Circo…
Aunque
actualmente existe en España una gran abundancia de autores
dramáticos, les es muy difícil poner en escena sus obras, entre
otros motivos por la considerable inversión que esto exige. La
multitud de tendencias y la competencia del mundo audiovisual hacen
que el panorama teatral de fin de siglo no tenga uniformidad.
Hoy
en día, alternan las tendencias clásicas con las novedades. Así,
el Centro dramático Nacional o la Compañía de Teatro Clásico
realizan montajes sobre obras consagradas, de autores clásicos del
Silgo de Oro (Lope) o de principios de siglo (Lorca, Valle). A la
par, una tendencia al alza es el monólogo cómico y, junto a esto,
los musicales (Hoy no me puedo levantar, Jesucristo superestar...)
ANTONIO
BUERO VALLEJO (1916- 2000)
Desde
niño se aficionó a la lectura, a la música, a la pintura y al
teatro. Durante la guerra, su padre fue fusilado y él encarcelado y
condenado a muerte, pena que se le conmutó por otra de treinta años.
Estuvo en varias cárceles, entablando buena amistad con otros
presos, como Miguel Hernández; ayudó en un intento de fuga que le
inspiró más tarde ciertos aspectos de La
Fundación; y escribió
sobre pintura e hizo cientos de retratos de sus compañeros, como el
de Miguel Hernández. Sale de prisión en 1946. Fue nombrado miembro
de la RAE en 1971, galardonado con el Premio Cervantes en 1986 y el
Premio Nacional de las Letras Españolas en 1996.
En
función del contenido de sus obras, pueden señalarse tres etapas en
su trayectoria teatral:
1ª
época: hasta 1957: predominan las obras de tema existencial.
Desde el punto de vista técnico, las obras se ajustan a una estética
realista y a lo que él mismo llamó “construcción cerrada”
(espacio escénico tradicional y progresión clásica de la acción).
En 1949 estrenó Historia
de una escalera, que ganó el
premio Lope de Vega y que tuvo un éxito tan clamoroso que lo
consagró para siempre entre la crítica y el público. La obra trata
de la frustración que sienten tres generaciones de vecinos de una
misma escalera que, a pesar del paso del tiempo, no logran la
prosperidad económica y social. De esta época es también En
la ardiente oscuridad, que trata
sobre la ceguera (y que retoma en el
concierto de San Ovidio).
2ª
época: de 1958 a 1970: escribe obras de tema social, ahora se
insiste más en las relaciones entre el individuo y su entorno. La
necesidad de burlar la censura hace que en esta época cultive
reiteradamente un tipo de drama histórico, en el que la anécdota de
la historia es un pretexto para plantear problemas actuales.
Destacan: Un soñador para el pueblo; Las meninas;
El concierto de San Ovidio; El tragaluz (centrada en unos
personajes marcados por la Guerra Civil); El sueño de la razón.
3ª
época: desde 1970: se suma a la innovaciones experimentales de
los 70. La novedad técnica más llamativa es lo que se ha denominado
“efectos de inmersión”, que nos hacen “ver” u “oír” la
cosas tal y como las percibe o las imagina algún personaje, con ello
logra expresar lo escondido en la conciencia, las obsesiones e
incluso los trastornos psíquicos. Destacan: La llegada de los
dioses; La fundación