Indica
con qué párrafo se corresponde cada una de las siguientes
características de la literatura romántica (algunos párrafos
pueden corresponderse con más de una):
irracionalismo;
evasión de la realidad y soledad; rebeldía contra las normas
impuestas y exaltación de la libertad; intimismo, supremacía de la
emoción y los sentimientos sobre la razón; idealismo que conduce al
desengaño y la frustración; pesimismo; individualismo; la
naturaleza como espejo de los estados de ánimo del autor;
nacionalismo; la originalidad
Descontentos con
las normas vigentes en la sociedad de su tiempo, los románticos
defienden la libertad a todos los niveles: se rebelan contra la
política absolutista, contra la libertad de expresión, contra
ciertas costumbres injustas... Por ello los románticos admiran a las
personas marginales que viven de espaldas a las convenciones sociales
y viven de acuerdo sus propias normas, por lo que los convertirán en
los protagonistas de sus obras (véanse las canciones de Epronceda,
protagonizadas por mendigos, piratas, etc)
Frente a los ilustrados
(s. XVIII), los románticos creen que la razón por sí sola no puede
explicar todas las facetas de la realidad, puesto que hay aspectos de
la vida que no tienen una explicación lógica. Esto explica su
afición por lo fantástico, lo maravilloso, lo misterioso, lo
sobrenatural, lo onírico (sueños). En consecuencia, en sus obras
recrean leyendas nacionales, retoman viejas historias de cada región,
y que frecuentemente presentan una ambientación nocturna y
misteriosa, y se localizan en parajes solitarios y ruinosos
(cementerios, castillos, iglesias...) y en las que aparecen
personajes de ultratumba. Esta característica es especialmente
visible en las leyendas de Bécquer y poemas de Espronceda.
Los románticos son
idealistas, anhelan una realidad perfecta que choca con la realidad
imperfecta que les rodea. Este choque entre el deseo y la realidad
les produce un profundo sentimiento de desengaño, de frustración,
de infelicidad...que los convierte en seres pesimistas, al borde del
suicidio. Este pesimismo aflora en gran parte de las obras
románticas, muchas de las cuales acaban en tragedia. Véase, si no,
el gusto por el desenlace trágico del teatro romántico
Ante un problema como es
la insatisfacción con el mundo que les ha tocado vivir y que
detestan, algunos románticos optan por evadirse de él, aislándose
de esa sociedad que no les gusta. Esta característica se refleja en
sus obras no sólo en el gusto por la soledad, sino en la también en
la evasión hacia tiempos remotos (sobre todo a la Edad Media) o a
lugares lejanos y exóticos (Oriente), donde, a su juicio, todo es
más perfecto. Esto explica, por ejemplo, el auge de la novela
histórica. Recuperan leyendas, historias del folclore, canciones
populares lenguas vernáculas, ambientadas en el pasado.
Frente a los textos
ilustrados en los que la fría razón había desplazado a la pasión,
los románticos reflejan en sus textos sus propios sentimientos,
expresan sus emociones más íntimas y personales, generando una
literatura lírica, intimista (Sobre todo la poesía posromántica de
Bécquer y Rosalía). Como veremos, estos sentimientos son
predominantemente de desengaño, de angustia existencial, tristeza,
de melancolía, de nostalgia, de soledad...
Para expresar sus
sentimiento el autor se sirve de metáforas tomadas de la naturaleza:
así, los paisajes otoñales, los vespertinos o crepusculares (puesta
de sol), expresan soledad y melancolía; los paisajes salvajes,
indómitos, agrestes, expresan su rebeldía; los tétricos, el
misterio; etc. Por ejemplo, el gusto por las tempestad o la
naturaleza salvaje se debe a la necesidad de libertad.
El romántico se siente,
en conclusión, un ser diferente a los demás, un ser incomprendido.
Ello supone cierto egocentrismo, en el sentido de que se creen con
una sensibilidad superior a la del resto. En literatura, esta
característica se manifiesta en la creencia de que el autor
romántico es una especie de genio que es profundamente original y
sus obras nacen en un momento de inspiración, sin necesidad de
imitar a los autores clásicos, como los autores del siglo anterior.
Así, mezclarán géneros, combinarán verso y prosa, variarán de
versos, romperán la regla de las tres unidades, etc .
Para
los románticos, el escritor "nace, no se hace", es una
especie de ser elegido para descubrir la verdad y transmitírsela al
resto de la sociedad, cuya sensibilidad está adormecida y
embrutecida.